Estrategias terapéuticas en el apego inseguro evasivo

El desarrollo de un estilo de apego, puede predominar y mantenerse durante toda la vida, encasillándose en un molde mental a través de las creencias limitantes impuestas por las experiencias vividas y marcadas en el inconsciente. En este caso las conductas identificadas, y el diagnóstico realizado nos presenta un caso en el que el apego evasivo es patológico en la conducta del individuo, por ello es necesario establecer un plan terapéutico a través de una estrategia guiada para sustituir los patrones de comportamiento actuales por unos patrones sanos y positivos.

Al establecer una estrategia terapéutica es necesario diseñar un plan enfocado hacia la base del problema principal del tipo de apego. En el caso del apego evasivo, el problema principal es: el miedo a sufrir por el dolor que les puedan provocar otras personas. Este miedo se ha conformado como una creencia interna, que se convierte en limitante al no permitir al individuo tener una vida plena de satisfacción por la imposibilidad que marca su molde mental, creado basándose en sus experiencias y vivencias.

La técnica utilizada en las sesiones será mediante la terapia cognitivo conductual, que de forma integral nos permitirá trabajar sobre las emociones y los comportamientos relacionados con esas emociones. En el caso actual, nos encontramos con un problema de base emocional que ha sido marcado por el gran dolor sufrido en el rechazo afectivo de su principal figura de apego, en la infancia. El impacto emocional generó una firme creencia interna acerca de la necesidad de independencia de otras personas, para no sufrir de nuevo dicho dolor. Dependiendo del caso ese dolor puede tener una base de emocional de ira o de miedo/tristeza. En nuestro tendríamos que averiguarlo a través de profundizar en el diagnóstico.

El elemento principal de la terapia, será cambiar las conductas a través del cambio de los patrones problemáticos de pensamiento. El cambio en las conductas del paciente, vienen precedidas por un cambio en el esquema de pensamientos y creencias. Es por ello que se trabajará a través de la reconstrucción cognitiva de pensamientos. Las fases de cambio en el proceso terapéutico serán las siguientes: primero la visibilización de dichas creencias explorando los posibles causantes, a continuación su aceptación y reconocimiento y finalmente la sustitución por nuevas creencias y conductas.

Los sentimientos están conectados a los pensamientos y estos a las conductas. En el caso actual existe una dificultad en la expresión emocional, nuevamente generada por una creencia: “no puedo mostrar mis emociones, alguien se aprovechará y me hará daño”. En las sesiones se facilitará a través de técnicas experienciales la conexión con las emociones y sensaciones, así como la expresión de estas de maneras más directas y menos conflictivas. A lo largo de las primeras sesiones será fundamental trabajar en individual con el paciente y posteriormente integrar a la pareja en dichas sesiones.

Establecer objetivos claros a corto y largo plazo, serán esenciales para acompañar al paciente y hacerle sentir que es correcto el proceso que está, ya que al principio deberá romper con esquemas mentales internos arraigados que se podrán traducir en: ansiedad o en mucho esfuerzo, incluso en miedo. Las creencias arraigadas son parte de los valores de una persona, por ello se trabajará en la identificación de los valores propios y como estos suman o restan al bienestar general del paciente. Facilitaremos dicha identificación de valores a través de una dinámica en la que se relacionarán los valores con las cosas que nos gustan hacer, ósea: valores es igual a actividad. Nuestros valores pueden ayudarnos a idear actividades que los apoyen, mientras que actividades que encontramos gratificantes pueden darnos pistas sobre lo que valoramos.

Los valores están ligados a las creencias. La siguiente área de trabajo será la identificación de los patrones mentales y su transformación. El error de pensamiento presente en el paciente es la

generalización excesiva, al creer que un caso se aplica a todas las situaciones. Por ejemplo: “todas las personas que quieran me harán daño”.  A través de la identificación de los sucesos, y los pensamientos consecuentes de esos sucesos nos facilitará ver la emoción y trabajar sobre un cambiar en la emoción y conducta, resultante del pensamiento generado. El hacer partícipe al paciente en la identificación de sus pensamientos y creencias, facilitará posteriormente la terapia de pareja. Se le involucrará haciéndole partícipe de la identificación consciente de sus pensamientos entre sesión y sesión a través de un diario que recogerá la siguiente información: evidencia a favor de mi pensamiento, evidencia en contra de mi pensamiento, ¿hubo errores en mi pensamiento?, ¿cuál sería un modo más adecuado y útil de considerar la situación?, ¿cuáles son los efectos del nuevo pensamiento?

Al lograr trabajar sobre la reconstrucción de pensamientos y cambios conductuales, integraremos a la pareja en las sesiones para seguir reforzando positivamente la retroalimentación conjunta y el autoconocimiento propio como pareja. Se recomendará plantear actividades entre sesión y sesión que refuercen la intimidad de la pareja.