La influencia de la genética en la depresión
¿Somos presos de nuestros genes? Esta es una de las preguntas que se ha tratado más en la comunidad científica en relación con la salud y el desarrollo de enfermedades. Los genes son la base de nuestra existencia, pero no somos solo el resultado de nuestros genes. Somos el resultado de la interacción de nuestros genes con nuestro ambiente, lo que se denomina la epigenética.
La epigenética es el estudio de los cambios que afectan la función de los genes sin modificar la secuencia del ADN. La epigenética tiene un papel importante en la regulación de la expresión de los genes y en la diferenciación celular. Como es en el caso de la depresión mayor. Entre los factores genéticos que intervienen en el trastorno depresivo, se ha reportado que alrededor de 200 genes están relacionados con el trastorno depresivo mayor. (Pérez-Padilla, 2017).
Richi Poulton (2017) y William Forguson (2017), hablan acerca de como algunas personas tienen mayor vulnerabilidad de padecer depresión que otras, producido por un gen especifico. Hay personas que tienen el gen largo y el gen corto o vulnerable. La depresión es una enfermedad que se caracteriza por un estado de ánimo de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o déficit de autoestima, entre otros (American Psychiatric Association, 2013).
Con relación a la cita de William Forguson, podemos afirmar que los factores externos son determinantes para que la persona vulnerable desarrolle la enfermedad de la depresión. La depresión es una enfermedad compleja, que se caracteriza por la presencia de una variedad de síntomas físicos, psicológicos y sociales.
Existe una alta prevalencia de desarrollo de la depresión en el caso de que entre los miembros de una familia que haya padecido la enfermedad. El hecho de que exista una mayor prevalencia de depresión entre los miembros de una familia que haya padecido la enfermedad sugiere que existen factores hereditarios implicados en el trastorno (Fañanás, 2002). Existe un aumento importante de la prevalencia de esta patología (15%) respecto a la observada entre la población general (5,4%) (Mitjans, 2012).
La depresión es un trastorno mental que se caracteriza por un estado de ánimo de tristeza, pérdida de interés o de placer, sentimientos de culpa o de inferioridad, cambios de apetito, insomnio o hipersomnia, fatiga, pérdida de energía, dificultades de concentración, de pensamiento o de decisión, y pensamientos recurrentes de muerte o de suicidio. La depresión puede ser leve, moderada o grave y puede durar unos pocos días o meses, o bien puede ser crónica.