¿Qué es un Plan de Intervención Psicológica?
La intervención es un proceso orientado hacia la generación de un cambio a nivel personal con la finalidad de modificar la situación actual que resulte perjudicante para el individuo. La salud puede verse afecta por múltiples factores, y algunos de ellos pueden llegar a deteriorarla. (Soriano et al., 2019) El objetivo del plan de intervención reside en analizar los procedimientos por los cuales se pueden cambiar las circunstancias para mejorar la calidad de vida futura en las personas. (Fernández, 2007)
Un plan de intervención se presenta a través de la realización de unas secuencias de fases que permitan una correcta adecuación del plan a las necesidades del individuo. Un oportuno análisis funcional acompañado de acciones asociadas a objetivos realistas y alcanzables posibilitará el comienzo de un diseño adecuado orientado hacia los objetivos terapéuticos y a la aplicación de estos mediante las técnicas de intervención a utilizar.
Mediante un plan de intervención el psicólogo dispone de la capacidad de ayudar a otras personas a través de la comprensión de sus problemas pudiendo superar estos con técnicas concretas, así como prevenirlos y mejorar sus capacidades y/o habilidades personales.
Desarrollo de un plan de intervención
El diseño de un plan de intervención involucra la realización de varias fases sucesivas que aporten la información necesaria para la aplicación práctica de las técnicas o modelos de intervención elegidos a utilizar. Un plan de intervención se inicia con el análisis del caso presente que deberá de ser estudiado con detalle para establecer los siguientes pasos de actuación.
La entrevista clínica es el primer paso para llevar a cabo para el posterior desarrollo del plan. La entrevista clínica es el instrumento fundamental del método clínico que le da rigurosidad al proceso terapéutico (Bleger,1964). La entrevista posibilita un acercamiento de confianza al paciente lo que para ello prospere se debe dar una correcta interacción y recogida de datos que posibiliten la obtención de conclusiones posteriores. Es determinante una correcta realización para obtener la información requerida pudiendo diseñar posteriormente los objetivos específicos y generales del plan. La entrevista clínica no se centra en un modelo estándar de actuación, sino es una herramienta “viva” y flexible a los requerimientos del psicólogo. (Balau,1980 como se citó en García 2019); nos presenta un modelo general que se centra en cuatro etapas fundamentales de la entrevista que puede ser tomado como referencia general; etapa inicial, etapa secundaria de “queja libre”, etapa terciaria “queja dirigida” y etapa de finalización.
Entre los objetivos específicos de cada plan se centran en disminuir, brindar apoyo, promover la adquisición de habilidades y resolver situaciones de conflicto interior que estén desencadenando la situación actual. Estos objetivos se dividen en tres categorías; objetivos sintomáticos, objetivos de personalidad y objetivos de asesoramiento o problema (Colich, 2014).
A continuación, deberemos centrarnos en el uso de una metodología concreta. En la actualidad dada la situación COVID-19 y el perpetuo avance de la digitalización ha modificado las formas de relacionarnos en los procesos de intervención psicológica aparecen las intervenciones Telepsicológicas, siendo una de las más realizadas por profesionales en nuestro país (González-Peña, Torres, Barrio, y Olmedo, 2017). Al inicio de un plan es necesario adaptar el proceso al medio elegido en el que se va a desempeñar la terapia para adaptar las habilidades terapéuticas como psicólogo al entorno requerido por el paciente. El diseño del programa se deberá ajustar a los requerimientos del paciente dado el caso y situación.
Es por esto por lo que el siguiente paso en el programa es la evaluación, para poder conocer si los pasos que se dieron y los objetivos planteados fueron los correctos y si se llevaron a cabo de manera idónea y eficaz para el problema identificado. La evaluación debe realizarse de forma continua a la par del proyecto para que nos aporten indicadores clave en caso de necesitar reconducir o modificar el programa propuesto. El indicador debe ser una variable que pueda ser medida y que se vea afectada por la realización de las actividades. Estos deben centrarse específicamente en comparar cambios observables en grado, intensidad o la frecuencia del problema. Al iniciar el tratamiento se llevará a cabo la primera evaluación que servirá de punto de comparativa y referencia.
La finalización del plan de intervención se concluirá con un informe de evaluación y la posterior evaluación continua.