Trastorno de Ansiedad Social
El trastorno de ansiedad social, también conocido como fobia social, es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por un miedo intenso y persistente a las situaciones sociales, especialmente a las que involucran el contacto con otras personas por ser juzgado o humillado. El temor de que los síntomas ansiosos visibles generen una evaluación negativa le hace evitar situaciones sociales o en las que se expone sufrir un intenso malestar (García-López,2011). Esta fobia puede ser tan intensa que puede interferir con la capacidad de una persona para llevar a cabo actividades normales en la vida cotidiana, como ir a la escuela o al trabajo o interactuar con amigos y familiares. Además de generar efectos fisiológicos notorios como sudoración excesiva, palpitaciones, mareos.
Las personas con trastorno de ansiedad social pueden experimentar síntomas físicos de ansiedad cuando estas situaciones no pueden ser evitadas y deben soportarlas. Los síntomas somáticas más comunes son: sudoración, palpitaciones, temblores, tensión muscular, rubor, sensación de vacío en el estomago, boca seca y sensación de frio o calor (Gómez-Ortiz, 2016).
También se sienten muy inseguros en estas situaciones y pueden tener dificultad para hablar en público o iniciar conversaciones con otras personas. A menudo evitan las situaciones sociales o las afrontan con miedo y aprensión.
Los síntomas más comunes del trastorno de ansiedad social incluyen:
•Miedo intenso y excesivo a las situaciones sociales y a las interacciones con otras personas.
•Evitación de situaciones sociales o interacciones con otras personas debido al miedo.
•Sudoración excesiva, palpitaciones, mareos o dificultad para hablar durante las situaciones sociales.
•Miedo a ser juzgado o humillado por otros durante las situaciones sociales.
•Dificultad para llevar a cabo actividades cotidianas debido al miedo a las situaciones sociales.
•Ansiedad excesiva o preocupación por las situaciones sociales en el futuro.
Es importante tener en cuenta que estos síntomas deben ser persistentes y duraderos y deben interferir significativamente con la capacidad de la persona para llevar a cabo actividades cotidianas para ser considerados un trastorno de ansiedad social. Si sientes que tienes un miedo excesivo o irracional a las situaciones sociales, es importante hablar con un profesional de la salud mental para obtener ayuda.